<Y tal vez un par de DVDs con las temporadas de
Lost y
Heroes, disfrutando mientras la lectora de mi laptop sirve. Además de que vine a ver a mi madre, por lo que serán días de comida aceptable y dinero, no en abundancia, pero más que de costumbre.
>Terminé de ver
Ef (el desenlace de Hiro me decepcionó, pero no esperaba menos de la historia de Renji, a pesar de que encuentro algunos símbolos algo emotivos para mi gusto-un ejemplo claro es cuando Chihiro corre hacia su amado, con alas en la espalda, puesto que acaba de recordarle...más allá de que se humedecieron mis ojos, ya: SOY TSUNDERE DE EF. Ansío la siguiente temporada, que ata muchos cabos suelos de una pareja que de lejos ya me gusta...¡pensar que en más de una reseña dijeron que sobraban esos personajes! *quiere matar el intento de fandom...que no existe de verdad, pero bueno*)y de leer
Montecristo (me pareció exagerada en cuanto a las riquezas de Montecristo y las exhaltaciones de virtudes que realmente dudo que -por las biografías que he leído-el autor poseyera en la vida real. Creo que buscaba vender ese puto folletín a los lectores ingenuos, el vulgo, qué va....pero al menos aprendí sobre las costumbres de la alta sociedad francesa de hace un par de siglos). Eso significa que podré encarar con más seriedad
Devil may cry (si puedes tomarte esa serie
garystuesca en serio, desde luego. Es decir, sé que Dante es un
cliché con patas demonio, pero por favor -inserta el nombre del jodido estudio al que se le ocurrió llevar un juego que no era malo pero cuya meta principal es entretener adolescentes problemáticos-, ¿no crees que después de que le tiraron ácido -y lo esquivó- tras evitar a cinco demonios, escapar de las manos de la ley y asesinar un monstruo, el tipo podría sentarse a jugar cartas tranquilamente? Sin un rasguño. Casi prefiero a Renji, el de Ef, que tenía la ropa toda sucia y desgarrada luego de pasar una puñetera tarde juntando papelitos por su ciudad. O será que Arlt me hizo fan del realismo-cuestionable-hasta-cierto-punto-pero-realismo-al-fin-y-al-cabo), ÍNTEGRAMENTE porque ya empecé algunos fics y crossovers
yuri. Tengo una fijación lésbica con Lady. Además de que el haber "conocido" a
alguien no ayuda en nada.Mejor acoplarme a lo que ha venido,¿no? Y seguir intentando leer
Oliver Twist, una vez que regrese a casa.
<Me inscribí en un curso de orientación vocacional para alumnos que dejaron la Universidad luego de pasar el ingreso. Empezaría la semana entrante. Eso significa que adiós a mis caminatas de trasnoche cuchillo en mano derecho al único cyber que abre a altas horas, en busca del vicio que es capaz de llenar mi inmenso vacío interior...a medias. *sigh* Eso o "Hola, café puro".
Lo segundo,¿verdad? De todos modos, ansío que llegue noviembre para entrar en Literatura. Será como volver a nacer, si todo me sale bien, encanto.
>Me estoy bajando el tercer volúmen de
God child. Gracias a
Lira tengo hasta el quinto de
Saiyuki. No sé cuánto espacio me quede en el disco, pero como tengo algunos fics en proceso, me cuesta horrores renunciar a mi precioso manga bajado.
Espero poder materializarlos.
<Fui a ver
La mujer sin cabeza y no es mentira lo que dijo un amigo de un notero que la reseñó brevemente en una de las revistas que sigo comprando porque si me va bien en mi nueva carrera puede que escriba para ella (Puedo soñar,¿no?):
es para salir corriendo. Al principio creí -ingenuamente- que sería porque era una historia de fantasmas. Sólo los ideales de los revolucionarios del interior del país aparecen muertos, deambulando por las escenas, enfocadas en una esposa promedio de una familia burguesa de Argentina, cuyas mayores preocupaciones rondan alrededor de la tintura de su cabello, hasta que aparentemente atropella algo/a alguien. Supongo que el título se refiere a que ella debería ser lo suficientemente tonta como para no notar que los hombres de su familia han borrado los datos incriminatorios para protegerle y le insisten en que el accidente no ocurrió, pretendiendo que lo crea. Al menos tuve mi pequeña couta de femmeslash free (que viene con cada película que voy a ver en esa ciudad, lately): la sobrina de la protagonista, en un momento dado se lanza a sus brazos, preguntándole con una mueca de disgusto en los labios catorceañeros, si acaso se siente atraída hacia ella.
Porque las cartas de amor se contestan o se devuelven, tía.